Padre Marlon Pupiro García. Foto del Movimiento Católico que lleva su nombre. |
Hace cuatro años sucedió uno de los crímenes que más ha
impactado en la tranquilidad de La Concha, un pequeño municipio de Masaya
ubicado entre montañas y verdes parajes; a 33 kilómetros de la capital. Se
trataba de la desaparición de un sacerdote.
La noche del 17 de agosto posterior de haber realizado
una boda por la iglesia en la Casa San Pablo, a escasos pasos de la parroquia
de este municipio, quien fuera párroco hasta ese momento, desapareció de la
Casa Cural sin dejar huella alguna de su paradero.
La mañana siguiente como de costumbre pobladores de la
Concepción se reunirían tranquilamente en la parroquia Inmaculada Concepción de
María para la misa de las 7 am; pero fue extraño que pasado la hora de la
eucaristía el sacerdote no llegaba a ejercer el oficio religioso y nadie en la
Casa Cural podía explicar que había sucedido con el padre Marlon.
Pasaban las horas y en las oficinas de la parroquia
rondaba la desesperación y las dudas, todo era tensión y no se sabía que había
pasado con el prelado; hasta que se dio parte a la Policía Nacional comenzó lo
que sería el calvario para los católicos del municipio quienes todavía se
preguntaban qué había pasado con “pupiro” como le decían de cariño.
Policía Nacional y pobladores escoltan la caravana fúnebre. |
Los
momentos de tensión
Feligreses rezando frente al Santísimo en La Parroquia de La Concha |
Desde la mañana, muchas personas permanecían en la
iglesia a la espera de noticias sobre el paradero del padre, unas rezaban otras
lloraban, algunos se organizaban para salir en buses, camiones, motos,
bicicletas en incluso a pie, a buscar en todo el municipio inclusive entre
montañas algún rastro que les llevará al padre.
Como a las 11 de la mañana la policía trajo consigo lo
que sería un boceto del supuesto secuestrador; todos los feligreses se quedaron
perplejos de quién o qué motivo podría haber llevado a alguien a realizar tal
nefasto acto.
Efectivos policiales realizando las investigaciones en la parroquia |
Organizados y ya con el
boceto fotocopiado partieron los feligreses a buscar a su párroco durante dos
días.
Caía la noche y no había rastro alguno del sacerdote,
sólo la gente que lloraba y una custodia con el santísimo expuesto en el altar
mayor eran lo que ahí se veía. La policía entraba y salía de aquella oficina en
la parroquia y la gente afuera sólo esperando explicación de lo que había
pasado.
Pobladores tratan de volcar la patrulla policial |
Como a la media noche las campanas de la iglesia sonaron,
precisamente para agosto no hay ninguna actividad que involucre el repique de
las campanas a tal horas de la noche, por lo que centenares de pobladores se
reunieron en lo que va de la casa San Pablo hasta el atrio parroquial aún a la
espera de respuesta pero como la policía no daba versión alguna de lo sucedido;
todo era misterio.
Se rumoraba que la policía tenía retenes en la carretera
Managua – La Concepción (vía Ticuantepe) y la vía que va de San Marcos a La
Concepción para evitar que los medios de comunicación llegaran a cubrir lo que
sucedía.
Pobladores exigiendo justicia por la muerte del padre Marlon Pupiro |
Con el transcurso de los minutos se notificó vía telefónica a los pobladores que realmente a los medios provenientes de Managua no se les permitió avanzar hacia la Concepción y se les ordenó regresar a la capital por lo que pobladores comenzaron a intentar volcar la patrulla policial y linchar a los efectivos como rechazo a esas órdenes provenientes de Masaya.
Ciertamente ningún medio de comunicación pudo entrar al
pueblo aquella noche del 18 de agosto, sólo algunos pobladores con cámaras
digitales que pudieron captar algunas imágenes de lo que sucedía.
Al único que pudieron dejar entrar que
provenía de Managua fue a Monseñor Silvio Báez quién fue el que llegó a poner
la calma y evitar que la gente sacara de la camioneta a los policías que se
encontraban dentro de ella.
El
día que cambió a La Concha.
Pobladores lamentan la muerte del padre Marlon Pupiro |
La mañana del 19 de agosto mientras los pobladores se reunían en el atrio parroquial con camiones, buses, camionetas, motos y bicicletas listas para salir en la búsqueda del padre Marlon.
Allá en el
kilómetro 16 de la carretera vieja a León la Policía Nacional encontró envuelto
entre colchones a medio quemar, a un cuerpo con signos de tortura y golpes.
A través de algunos elementos que otros sacerdotes, familiares
y demás personas que le conocían encontraron en el cuerpo, así como diversos análisis de médicos se
determinó que era el padre Marlon Pupiro poniendo así fin a los días de
búsqueda de los pobladores, a sus constantes rezos y su desesperación por saber
qué había pasado con su párroco; para transformar el ambiente en algo más
doliente para todos los que ahí vivían.
Al día siguiente y luego de realizarle exámenes
toxicológicos al cuerpo en el Instituto de Medicina Legal de Managua, se
procedió a realizarse una misa de cuerpo presente en La Concha.
Pobladores y policías escoltan la caravana fúnebre en Ticuantepe |
El
último adiós al padre Marlon.
Pobladores cargan el féretro del padre Marlon Pupiro. |
Posterior al oficio religioso, el cuerpo del padre Marlon
permaneció en vela en la parroquia durante un día hasta 21 de agosto que se
realizó el sepelio en el cementerio de Diritá.
Monseñor Leopoldo Brenes en el sepelio del padre Marlon Pupiro. |
Concheños
recuerdan al padre Marlon
También feligreses de la Concha y parroquias donde había ejercido servicios religiosos el padre Marlon Pupiro, visitarón en el 4to aniversario el cementerio donde reposan sus restos, en el cual ofrecieron una misa y un responso en memoria del fallecido sacerdote.
Así mismo la misa que se celebrará hoy a las 5:30 pm en la parroquia
estará a cargo del Cardenal Leopoldo Brenes y concelebrada por Monseñor Silvio
Báez así como distintos sacerdotes invitados.
Cardenal Leopoldo Brenes, Monseñor Silvio Báez y Pbro Helio Córtez realizan misa de aniversario del padre Marlon Pupiro. |
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